TEMPORAL 7 y 8 DE ENERO DE 1999

El fuerte temporal de olas, lluvia y viento golpea duramente a las islas Canarias
Coches arrastrados desde los espigones al mar por el fuerte oleaje, embarcaciones a la deriva, pescadores en tierra firme que observan su vida hundirse en el Atlántico y árboles tronchados por vientos a 100 kilómetros por hora. Parece increíble, pero son las islas Canarias.
Un fuerte temporal de lluvia, viento y nieve golpeó ayer dúramente al archipiélago y amenaza con seguir haciéndolo en los dos próximos días.

El Instituto Nacional de Meteorología prevé que la actual situación atmosférica permanezca hasta la madrugada de hoy y que las intensas lluvias duren hasta mañana, cuando, previsiblemente, se debilite la borrasca situada sobre las islas.
Las precipitaciones fueron especialmente intensas en La Palma, donde se alcanzaron los 190 litros por metro cuadrado en El Paso, y en Tenerife, donde se registraron 130 litros en El Sauzal y 110 en Izaña en forma de nieve.
Los problemas repercutieron primero en Lanzarote, donde el oleaje provocó ayer la rotura de más de 200 metros del dique de contención del puerto de Los Mármoles, en Arrecife, aunque el recinto siguió operativo.
Cortes eléctricos
También se produjeron desperfectos de importancia en la capital de La Palma, que permaneció sin fluido eléctrico toda la noche del jueves al viernes debido a la rotura del generador situado en Breña Baja.

El puerto quedó inutilizado y el mar inundó un tramo de dos kilómetros de la avenida principal, con daños en vehículos y en varios comercios, informó la Policía Local.
El Cabildo aconsejó ayer a los vecinos que no viajen a Santa Cruz de La Palma a menos que sea estrictamente necesario.

En la vía principal, el fuerte oleaje arrastró varios coches y los empotró contra muros y locales comerciales. Como medida de precaución, se pidió a los trabajadores que regresaran a sus casas para dejar aparcamientos libres y así evitar el colapso de la ciudad.
La autoridad portuaria de Santa Cruz de Tenerife cerró todos los puertos de la provincia, según informa Europa Press. Desde la noche del jueves no pudo entrar ni salir ningún barco. Dos cruceros que tenían previsto su atraque en el puerto de Santa Cruz se refugiaron en Anaga y tomaron rumbo hacia Madeira.

Fuente: El mundo.es

TEMPORAL 8 DE ENERO DE 1999





TEMPORAL 8 DE ENERO 1999

El mar entra en la avenida y alcanza la calle Trasera y la calle Real.

El temporal registrado del 7 al 8 de enero de 1999, que, partiendo de un oleaje inicial de swell, derivó en un enérgico Sea por acción directa del viento; y ello fruto del descenso en latitud y profundización entre los días 5 y 6 de una borrasca situada frente a Finisterre.
Encajada entre el anticiclón de Azores y el existente en el Mediterráneo, canalizó los vientos hacia Canarias con un claro rumbo S-SW, que terminaron rolando al SE.
El incremento de la intensidad de éstos de 30 a 60 km/h de media, con rachas máximas de 70 a 80 km/h (Criado y Dorta, 2003), determinó que en el litoral este, sureste y suroeste la ola significante alcanzara los 2,5 m y la máxima entre 4 y 5 m - incluso los 8 m en algunos momentos -, mientras que el período cayó de 12 a 6 segundos. A estos cambios se sumó la disminución de la longitud de onda, que, si en las horas previas al temporal era de unos 200 m, durante el mismo no rebasó los 50 m.
Un oleaje de tan escaso desarrollo se vio favorecido además por un fetch inferior a 70 km, al situarse el centro depresionario entre el este Tenerife y oeste de Gran Canaria.
Estas variaciones fueron menos evidentes en la costa norte, debido no solo al emplazamiento de dicho centro, sino también al hecho de que este temporal enlazó casi sin solución de continuidad con una sucesión de tormentas de gran magnitud acontecidas entre el 26 y 30 de diciembre de 1998.
Se trata de un episodio que comenzó con la llegada a la isla entre los días 26 y 27 de olas del NNW y N de 500 m de longitud, de 4,7 m de altura de ola significante, 7,6 m de máxima y 18 segundos de período.
Estos valores apuntan a un swell procedente del Atlántico Norte, en relación con vientos de las latitudes templadas y fetch del orden de los 3000 km; por tanto, a un oleaje no local considerando que en el área de Canarias reinaba una circulación débil del este con vientos secos del Sahara.
El paso de esta situación de estabilidad atmosférica a una circulación del norte recrudeció el temporal entre los días 29 y 30, cuando sobre la isla soplaron vientos del N-NNW de 35 a 45 km/h de velocidad media provenientes de una potente borrasca situada sobre Irlanda.
De ahí que la ola significante tuviera 5,7 m de altura media y la máxima superara incluso los 10 m.
La disminución de la intensidad del viento en horas posteriores supuso la pervivencia de un swell en el que se mantuvieron los períodos largos, al tiempo que descendió de forma progresiva la altura de las olas

Fuente:http://geomorfologialitoral.blogspot.com/2009/05/la-incidencia-de-los-temporales-marinos.html